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21
JUN
2013

Con el ilustrador Jose Carlos García Bueno “Rojo Cuarzo”

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 Elijo un pintoresco café, en un barrio de los de siempre, de los que tienen tanta vida que disfrutas con tan solo mirar lo que ocurre alrededor… ¡Marchando unas cervezas y una ‘sin’! Y unas aceitunitas por favor. Finalizar la semana en compañía de un artista no se da todos los días.

 Jose Carlos García Bueno o Rojo  Cuarzo,  ilustrador apasionado, al parecer de vocación “Es como la maldición del hombre-lobo: no te la puedes quitar de encima hasta que te mueras”, asegura. Y el autor de nuestro cómic Cuéntaselo a la luna, del que ya sabéis, nace nuestro boletín lunar.

 

Comenzamos, cuéntanos ilustrador por vocación, por formación… ¿Qué hace un chico como tú en estos tiempos?

De todo, de todo un poco… Va a sonar a “topicazo”, pero creo que el arte lo llevo en la sangre. Según dicen, mi abuelo materno era muy buen cantaor flamenco en Granada (toda mi familia es de allí). Desde pequeño siempre he visto a mi padre rodeado de óleos, brochas, botes de trementina, sus lienzos originales por todas las paredes de la casa…Mi hermana, Vicky, es una dibujante hiperrealista increíblemente buena que hace unos retratos a lápiz sorprendentes… No sé… En mi caso, desde luego, lo he mamado desde chico, y siempre he dibujado esto, lo otro y lo del más allá.. Después, en cuanto tuve oportunidad para hacerlo y por cosas del destino, estudié un “A Level” de Diseño Gráfico, de Fotografía en Blanco y Negro, y una carrera de Bellas Artes –especialidad Pintura- en Manchester (Inglaterra). Fueron tiempos de mucho trabajo y esfuerzo de los que estoy muy orgulloso pero que casi me llevan a la tumba literalmente, por lo que tuve que regresar a España antes de lo que yo hubiese querido. Ya aquí, en Málaga, he trabajado, principalmente de administrativo (ya que mi primera carrera, la de Empresariales, la estudié hace años aquí, en Málaga) y, paralelamente, hacía mis trabajillos de diseño gráfico, dibujo, pintura… Ahora, los tiempos que corren son malos para todos. Sobre todo para la lírica, como decía la canción de Golpes Bajos. Creo que todas las complicaciones que vivimos hoy día en el mundo de la cultura se deben, entre otras cosas, a que esta Revolución de Internet y las Nuevas Tecnologías ha sido como un tsunami: muy rápida y bestia, y no hemos tenido tiempo a asimilarla (y seguimos sin poder hacerlo). ¡Ni la Revolución Industrial del siglo XVIII fue tan brutal como ésta en la que estamos inmersos hoy día! Vivir sólo y exclusivamente de la ilustración sería para mí un sueño hecho realidad pero, ahora mismo, eso es imposible. Aunque no voy a parar de luchar por ello, claro está, y no descarto emigrar otra vez, por supuesto. De todas maneras, personalmente no me puedo quejar, ya que cuento con unos padres maravillosos, con mi hermana a la que quiero mucho y con mi mujer, Rocío. Todos me apoyan al máximo en todo lo que hago. ¡Soy un tipo con mucha suerte!

¿De dónde bebe Rojocuarzo o José Carlos García Bueno para ser lo que es hoy día?

Bebo de donde pillo. ¡Está la cosa como para elegir fuente! Bueno…, qué pregunta más difícil… Hace que me sienta una celebridad… ¡Jajaja! No sé… Me veo como una “spontex”, como un radar inquieto que no para de dar vueltas y vueltas, detectando todo aquello que pasa cerca de su radio de detección. Tengo mucha curiosidad por todo, sea lo que sea… Es que nunca sabe uno dónde puede haber una fuente válida para estimular la creatividad. Todo puede servir. Todo. Soy muy ecléctico en este sentido. Los minerales, las rocas, el deporte, la astronomía, la literatura, los videojuegos, la poesía, los cómics, la pintura, la naturaleza, un suceso leído en un periódico, la música, el cine… Cualquier cosa puede ser fuente de inspiración y casi siempre las cosas que me gustan o me interesan aparecen en mis obras.

 Albileando de pronto te llega este proyecto; ¿cuál fue tu primer pensamiento?

El primer pensamiento fue: “¡Estas niñas están locas!”. ¡Como yo! ¡Jajajaja! No, ya en serio… El hilo argumental principal del proyecto ya me fue dado por Isabel y me gustó muchísimo. Por tanto, acepté el reto con ilusión y ganas. No es común que te propongan trabajos así de originales y divertidos frecuentemente y menos aquí, en Málaga (desgraciadamente). La Historia de la “A” y su amiga, la Luna llena, me pareció estimulante y entrañable. Tanto Isabel como Noelia me cayeron bien desde el principio y sentí que estábamos en la misma onda. Da gusto trabajar con gente creativa y ancha de miras, así que todo fue realmente sencillo y un verdadero gustazo, ya que conté con mucha libertad a la hora de crear. ¡Ojalá todos los trabajos fueran así de placenteros!

 Este chico consigue que nos pongamos coloradas y con algo más de peso, desde luego… ¡Sigamos! ¿Y tu primer garabato?

¡Buff! ¡Ya no me acuerdo! ¡Hice tantos! Es que, antes de hacer bocetos o lo que sea, leo muchísimo y me documento. Soy una persona un tanto insegura y, en este tipo de encargos, necesito archivar información abundante antes de dibujar nada. Son como los clavos y ganchos a la hora de escalar una montaña: sin ellos no podría seguir. Para mí, la etapa de preproducción es importantísima. Poco después, esta fase previa va casi paralela al “brainstorming” (término que confieso que lo escuché, por primera vez, en Manchester), que es donde comienzan los primeros bocetos de las ideas que van surgiendo a borbotones. El truco está en no dejar escapar ni una gota, apuntar bien y dibujar todas esas ideas, estés donde estés: leyendo un libro, cocinando, haciendo la cama, durmiendo, en el cuarto de baño… ¡Dónde sea! Desde luego, es uno de los momentos del proceso creativo en el que más disfruto.

 Continúa, no nos dejes así, cuéntanos cómo ha sido el proceso creativo hasta dar con esta historia.

Como os decía, en términos generales mi método de trabajo consiste en recopilar mucha información, muchas imágenes, leer, “bichear” en Internet (como dice Noelia), etcétera. Poco a poco te va inundando el “brainstorming” y es cuando empiezo a dibujar, experimentar con técnicas analógicas, digitales, mezclando ambas… Hacer todo lo que pase por la cabeza de uno sin miedo, casi siempre a lápiz de grafito, que es lo más rápido, aunque no descarto utilizar cualquier cosa o técnica: collage, acuarelas, acrílicos, tintas…

Después de la tormenta de ideas viene una de las etapas más duras, que es la de descartar muchísimas cosas, y seleccionar otras que pueden ir bien para el proyecto final, visualizándolo mentalmente, primero, y después ir plasmando las ideas poco a poco materialmente, con paciencia, tranquilidad y tiempo. Después, antes de finalizar el trabajo, es bueno contrastar esas ideas con el cliente y que ambos quedemos contentos (si es posible), hablar sobre cómo va la obra y cómo se producirá el acabado definitivo. Y ya he dicho antes que, tanto con Noelia como con Isabel, todo fue sobre ruedas desde el principio, hubo muy buen entendimiento y con gente así da gusto trabajar.

 Venga, ahora desvela lo del escáner… 😉

¡Jajaja! ¡Mi pobre escáner! ¡Tengo que limpiar su cristal todos los días! ¡Escaneo de todo lo que me pasa por las manos! ¡Hasta rocas y minerales! (va en serio). Está muy rayado pero es una herramienta increíblemente versátil y se pueden obtener muchas imágenes interesantes si se experimenta con él. Me gusta utilizarlo, sobre todo, para obtener texturas diferentes, jugar con la luz de mi estudio, abriendo más o menos la tapa… Bueno… La Luna llena de esta historia de la “A” de Albilés Comunicación os lo puede contar mejor que yo, ¡jejeje!

 Si tuvieras que albilear entre tintas y esbozos, ¿a quién te llevarías?

¿Eh? No entiendo bien esta pregunta…

¡Lo hemos descolacado! Sal como puedas…

Entre tintas, me llevaría a un calamar. ¡Jajaja! ¡Me encantan los calamares fritos! Soy de gustos sencillos y siempre pido un plato de calamares en anillas: ese sabor a mar Mediterráneo, ese olor tan rico… Cuando vives fuera un tiempo se echa mucho de menos.

Entre esbozos, me llevo a mi mujer, Rocío, a mi familia y a toda la buena gente que me rodea. Ellos me han hecho ver las cosas de manera un poco más positiva. Si echáis un vistazo a mis primeras obras, son bastante oscuras y pesimistas. Sin embargo, ahora no son así. Utilizo más colores vivos, dibujo más cómics, ya no pinto casi ningún cuadro y las temáticas de mis creaciones son más alegres. Será que las personas cambiamos, necesitamos hacer las cosas así en un momento dado o porque, con la edad, uno se vuelve un poquito más sabio y aprende a valorar las pequeñas cosas de la vida. En estos tiempo tan difíciles es algo vital y el que no lo consiga, mal lo lleva… Por eso, como dije al principio, soy un hombre con mucha suerte.

Fin de la entrevista y de los aperitivos, volvemos a casa agradecidas por todo lo que nos da este trabajo, conocer a profesionales tan creativos como Jose Carlos García Bueno.

 
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