Ando tiempo reflexionando sobre las habilidades en Comunicación que alguien desarrolla en su ámbito personal y por otro en el profesional. Y las separo ciertamente porque aunque en ambos casos podemos detectar dotes innatas, lo cierto es que se trabajan y se implementan. Alguien puede considerar que no vale para esto y jamás trabajará el área de la comunicación pública (sin saber que a través de una metodología de trabajo puede llegar a ser un correcto orador, aunque podría ser que no brillante, el tiempo y su esfuerzo lo demostrarían…). En cambio, otros de forma “indolente” (como comentaba una compañera de profesión) aseguran saber de “Comunicación” y se consideran experimentados “asesores”, “mentores” y grandes “speakers”.

Todos tenemos una historia que seguro lográ emocionar, pero trabájala y fórmate para ello. Cualquier acción que hiciste anteriormente suma. Y esto va marcando una trayectoria, a veces invisible para uno mismo, pero que va forjando nuestro camino hacia una dirección. Los más atentos o intuitivos las llaman “señales”. Los cuales recibirán la mirada inquisidora de quienes solo atienden al raciocinio.

A través de mi propia historia veamos pues cómo llegué a ser la comunicadora que hoy veis o conocéis, según qué caso.

En mi infancia, era una niña tremendamente tímida. Pero a la vez, mis propias circunstancias personales (soy hija única sin ninguna pena os lo aseguro) me llevaban a pasar largas horas, leyendo, inventando historias y fascinada por los maravillosos mundos que mi propia mente creaba… La faceta artística siempre estuvo presente en mi vida. Me encantaba bailar, cantar y memorizaba con total facilidad las poesías del colegio. Pero aún lo hacía en privado, en familia…

Mi madre observadora y preocupada porque su hija no llegara a relacionarse lo suficiente , pensó que debía asistir a clases de baile. Tenía 6 años y, según cuenta, en mi primera clase, no fui capaz de dar un solo paso… Callada, observando desde un rincón fue el rol que decidí tener en ese primer momento. Ya en la segunda, hice algunos avances… Detrás, silenciosamente, intenté imitar algunos pasos de la compañeras… Al tercer día, decidí que ya era hora de bailar con el resto. 12 años duró esta aventura en la que puedo decir que experimenté lo que era el gran público a través de innumerables actuaciones en ferias y eventos de la provincia. He de confesaros que de forma intermitente nunca he abandonado del todo esta, otra pasión…

La pequeña pasó a ser una adolescente y en el instituto conocí lo que era la magia del teatro. Improvisaciones, performances, danza contemporánea y dos grandes recuerdos: El sueño de una noche de verano (de Shakespeare) y Dios (de Woody Allen) ¡donde ya tuve un papel en solitario!

Más tarde tenía que elegir mi futuro profesional… En la selección de la carrera que marcaría los años venideros, lo tenía claro: quería una profesión donde pudiera conocer a gente y escribir. Así que estudié Periodismo y me licencié allá por el año 2002. Durante esta época fui incansable… Realicé prácticas en el periódico universitario, en el área de Cultura preferentemente. Conseguí unir mi faceta artística con la escritura e hice entrevistas a pintores, escultores, cubría las presentaciones del Festival de Teatro…

Más tarde, volvía a tener algunas dificultades como mi comunicación oral pero inglés… Así que me marché a Londres durante unos meses. Me encantaba esta ciudad por ser tan cosmopolita, multicultural… Pero aquello no duró mucho tiempo porque la presión por volver a marcarme un camino en España dentro de mi profesión hizo que decidiera volver y comenzar la reincorporación al sector de los medios. Televisiones locales, sustituciones en conocidas cadenas nacionales, reportera, presentadora… Interminables horarios, carretera, fines de semana…

Más formación pero de técnicas de vocalización, con la gran Antonia de Miguel López, una cantante lírica y excelente locutora.

Y seguí… Descubrí entonces que podía seguir evolucionando dentro esta profesión, pero siempre dentro del sector de la Comunicación. Así que me especialicé por la Autónoma de Barcelona en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional. Aquella fue una de las primeras formaciones en España en esta especialización Hoy orgullosa puedo decir que tuve a docentes que hoy son personalidades relevantes en el área de Comunicación Corporativa: Justo Villafañe, Joan Costa, Pere Soler…

Y más.. siempre atenta a las tendencias: Protocolo, Coaching Personal, Comunicación Efectiva, Inbound Marketing, Marketing Relacional…

Desde esta nueva posición, di el salto a las agencias y más tarde a los departamentos de Comunicación Internos de las empresas.

El MBA llegaría de la mano de mi agencia Albilés Comunicación. Os lo aseguro un auténtico aprendizaje a nivel de gestión que valdría casi una titulación de posgrado. Más de 3 años realizando consultorías a clientes que me permitieron seguir disfrutando de la pasión de comunicar y ayudar a otros a que lo hagan de forma efectiva. El proyecto tuvo su final y ahora llevo ya un año como consultora independiente. Período en el que he podido profundizar en el desarrollo de mi marca personal, experiencia que me ha servido para poder diseñar un programa de mentoring para que otros profesionales puedan trabajar en la suya y realizar acciones para implementarla.

Workbook sobre Marca Personal

“Éste es el camino”, me insistía otra consultora y amiga. Fernando Ocaña Garcilaso de la Vega, publicista, presidente y fundador de TAPSA, reflexionaba en un almuerzo reciente sobre este aspecto. Los usuarios quieren ver quién está detrás de un marca corporativa… Estamos en la era de las marcas personales y esto nos facilitará la identificación de nuevos proyectos, oportunidades laborales…

Como parte de esa comunicación pública y oral, la docencia me ha acompañado desde el año 2006 en que decidí sacarme el Certificado de Aptitud Pedagógica, “porque algún día volvería a las aulas”, pensaba… No fue realizando oposiciones para Lengua y Literatura pero sí como formadora para empresas, instituciones y profesionales. Desde el año 2009, y durante 5 años, participé en el diseño y posterior impartición de un exitoso programa de consultorías que se llamaba “Bricomunicación”. Por las aulas del Imfe pasaron más de 100 empresas malagueñas para formarse en Portavocía, Relaciones con los Medios, Publicidad, Oratoria, Eventos y Ferias…

Y continué y continué en la docencia hasta que llegué de nuevo a la Universidad. En esta ocasión, la que me acogió fue la Facultad de Comercio y Gestión en la que llevo impartiendo la asignatura de Creatividad Digital desde el 2014. Ahora, me embarco en otro desafío. Mi doctorado en Economía y Empresa. Persiguiendo ese sueño que me dice que desde la Comunicación Interna se pueden cambiar las organizaciones, hacia entornos más productivos y saludables, confiando en que cada vez más directivos entenderán el poder de la comunicación, de las historias que encierra una marca y su relación transparente con los diferentes stakeholders…

Historias, pequeñas historias que si las unimos nos dan lo que hoy somos. Me considero comunicadora pero no gracias a un poder “sobrenatural”, sino al esfuerzo, la formación y la capacitación. Mi recomendación, confíen en profesionales para dejar en manos la comunicación de su negocio. Cada acción suma.

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