Lo reconozco, después de dos elecciones y una segunda sesión de investidura que promete no ser la última… , no soy capaz de seguir sin pestañear cada una de las sesiones de los candidatos. Así que siguiendo el tradicional hábito radiofónico, dejo la televisión encendida y escucho el “runruneo” mientras trabajo desde el ordenador. Sin embargo, hay unas palabras que despiertan mi curiosidad y hacen que levante la cabeza de la pantalla. Me acerco y empiezo a escuchar atentamente. Y cuando digo atentamente, analizo expresiones y gestos, algo que se lleva mucho ahora, la comunicación no verbal (hasta en los informativos hacen esta apreciación tomando como referencia las declaraciones de expertos y politólogos).

“Hoy vamos a debatir aquí sabiendo que este debate no va a cambiar su suerte. No va a ser usted investido presidente, señor Rajoy, ni hoy ni el viernes.”, sentencia el candidato de Podemos, Pablo Iglesias. “Lo sabe usted, lo sabemos todos aquí y, sobre todo, lo sabe la gente. Cabe preguntarse entonces qué estamos haciendo aquí. Cuando preparaba anoche mi réplica a su intervención me hacía esta pregunta, señor Rajoy…”. Continuaba enérgicamente Iglesias.

Comunicativamente, y ojo este post es una reflexión desde el punto de vista de estrategia de comunicación, recibo un primer impacto. Acaba de incluir en las primeras líneas al público que no está en el Congreso , los acaba de interpelar, ha llamado su atención tal y como lo ha hecho conmigo. Pasamos del usted (distante), al nosotros (como colectivo) y da un paso más, traspasa la pantalla y llega hasta sus votantes y el resto de la sociedad.

Continúa con una pregunta que, no lo niegues, seguro que te has hecho alguna vez. ¿Qué hace toda esta gente hoy aquí? De nuevo, se pone en el lugar de la “gente” (utiliza este término 17 veces) para estructurar el discurso. Y comienza con un “qué”, concepto que se identifica con una misión, con la acción. En contraposición al inmovilismo, lo tradicional, lo viejo, lo antiguo… Lo van captando ¿no?

Vayamos ahora al cómo, al posicionamiento. A continuación les expongo las palabras que más se repiten en esta intervención. Observen y vean cómo se construye el posicionamiento de una marca. El lenguaje es clave, palabras que se repiten, construcciones y dichos populares de fácil entendimiento (en esta ocasión):

• gente (17 veces);
• personas (3);
• lo verdaderamente importante está ahí fuera (2);
• pueblo (3);
• corriente;
• barrios;
• los de arriba (2);
• poderosos (2);
• Ibex 35 (2)
• poderes financieros;
• élites (3);
• nosotros frente a ustedes;
• tragan sapos que imponen los ricos;
• ni a la vuelta de la esquina;
• hipoteca naranja;
• respetabilidad, credibilidad y principios;
• paripé;
• lágrimas de cocodrilo;
• “Hoy quiero hablar para ellos y para ellas”.

Y por si aún no han llegado a esto. Si tan claro tenía el colectivo de Iglesias que nada iba a cambiar en la sesión de investidura, ¿para quién iba entonces dirigido el discurso?… Genialidad amig@s, para los televidentes… ¿Estamos ya en precampaña entonces? Fascinante todo lo que comunicativamente hablando está ocurriendo en política. Del resto, cada cual que opine libremente.

Sólo una cuestión más, ¿no echan en falta otra pregunta en la construcción del discurso? Lo compartiré, el valioso “para qué”, el que marca el propósito…. Pero esto corresponde ya a estrategias internas del propio partido.

Accede al discurso íntegro de Pablo Iglesias pulsando aquí.