Cine de magia: comunicación de lo intangible
Durante estos días los mejores ilusionistas y magos de todo el mundo se dan cita en Madrid dentro del IV Festival Internacional de Magia. El plato fuerte parece ser que se llama Grandes Premios de la Magia, donde por primera vez los últimos campeones mundiales actuarán juntos en el mismo escenario. Bien, pues teniendo este evento como telón de fondo, toca hacer repaso cinéfilo sobre películas que han llevado a la gran pantalla la vida de reconocidos ilusionistas o bien que utilizan la magia como línea narrativa de las piezas. Y es que en ocasiones, un buen packing, llámalo continente o forma, comunica de forma magistral aquello que no vemos, el intangible.
Comenzando por las más recientes, descubro que en 2013 hubo un filme que ‘encantó’ a la taquilla española, logrando cifras que dejaban satisfecha a la industria con 1,73 millones de euros, y la mejor media por sala, 4.600 euros. De los guionistas de Star Trek o The Amazing Spider-Man 2 llegaba la cinta dirigida por Louis Leterrier (El increíble Hulk, Transporter, Furia de titanes). Ahora me ves narra la historia de un grupo de magos que, además de organizar espectáculos de magia, se dedican a asaltar bancos. Dando vida a Los cuatro jinetes estaban caras más que conocida como Woody Harrelson, Isla Fisher y Jesse Eisenberg. Entre el reparto también contábamos con Morgan Freeman, Michael Caine y Mark Ruffalo.
Roberto Orci, uno de sus productores vendía así la cinta: “la magia y el cine van cogidos de la mano porque en ambos se trata de engañar al espectador. Creemos que es una mezcla interesante del cuento de Robin Hood ambientada en el contexto actual”. Sin embargo, esto no lograba la redención de la crítica… “Se trata de un ‘Ocean’s Eleven’ del mundo de la magia que se deja ver en todo momento, aunque camine lentamente sin llegar a cumplir con el potencial de su propuesta”, Chicago Sun Times. “Es una hábil tomadura de pelo, todo destellos y nada de sustancia. Ahora me ves parece horriblemente segura de sí misma, con una prepotente e intrusiva música” , Variety.
Retrocediendo hasta 2006, nos encontramos con que en este año competieron dos películas sobre esta temática. Sólo una de ellas se hizo con las ovaciones: El truco final de Christopher Nolan. Se ha dicho: “Nolan mezcla de forma magistral magia, drama de época y relato de ciencia ficción y sirve un memorable duelo entre los magos interpretados por Hugh Jackman y Christian Bale ( y secundarios como Michael Caine y David Bowie).”
La ya denominada cara B de la anterior fue El ilusionista de Neil Burger de la que dicen que: “si bien no está a la altura de su compañera de año y temática si se deja ver con agrado, en parte gracias al trabajo de su actor protagonista, aquí enfrentado al siempre sensacional Paul Giamatti.”. Si no la visteis, el que salva la cinta es Edward Norton en su interpretación del mago Eisenheim.
No podía faltar en este post alusión a El gran Houdini de George Marshall, ejemplo de película familiar y efectiva propuesta del llamado cine de entretenimiento de la década de los cincuenta en EEUU. Curiosamente, destacan de la cinta la buena sintonía de la pareja protagonista, no en vano también lo eran en la vida real: Tony Curtis, interpretando al mago de origen húngaro, y Janet Leigh, como Bess. Rodeada de un gran equipo técnico, destaca la fotografía del operador de cámara Ernest Laszlo. Lejos de mostrarnos grandes trucos de escapismo, aquí veremos el lado más amargo del mundo del espectáculo. Un mago obsesionado por la búsqueda de la muerte que culminará en una última escena con plano y frase memorable: “volveré, no sé cómo, pero volveré.”
La que os muestro a continuación, fue una película de éstas que una repetía una y otra vez de niña:Merlín el encantador de Wolfgang Reitherman, 1963. En esta cinta de Disney veíamos a un joven rey Arturo pre-adolescente viviendo aventuras junto al mago Merlín y su inolvidable mascota, un búho cascarrabias llamado Arquímedes. Una de las mejores escenas es la batalla de poderes mágicos final entre Merlín y la bruja Madame Mim.
“Sigue el camino de baldosas amarillas”… grabada tengo esta frase que aparecía en El Mago de Ozde Víctor Fleming, 1939. También director de La isla del tesoro y corresponsable de Lo que el viento se llevó. El mago que da nombre a la película no aparece hasta bien entrada la historia aunque es clave para que la pequeña Dorothy, Judy Garland, pueda regresar a casa tras su aventura en Munchkinland (Pequeñilandia en la versión española). Cuando llega a Ciudad Esmeralda, el todo poderoso mago o no tanto, interpretado por Frank Morgan, aparece como una terrorífica cabeza flotante rodeada de fuego y humo. Acepta ayudar a los protagonistas sólo si demuestran ser dignos apoderándose de la escoba voladora de la bruja. Si no recordáis como regresa, era tan sencillo como juntar varias veces los talones y repetir: “Se está mejor en casa que en ningún sitio”.
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