Mensajes que perduran en… películas navideñas “de siempre”
Con este tercer viernes navideño, cerramos el ciclo de películas de ayer, de hoy y… ¡de siempre! Sí, hoy toca hablar de aquellas historias que parecen casi atemporales, porque año tras año las repiten, conocemos a sus personajes, bandas sonoras, sin importarnos que algunas de ellas estén faltas de colorido…. Estaríamos antes clásicos navideños.
Ejemplo de que un mensaje puede perdurar, quizás porque transmite emociones esenciales como el amor, el odio, la solidaridad, el perdón…, lo tenemos en el recopilatorio que os muestro a continuación.
Lionel Barrymore convenció a Stewart de que hiciera el papel principal, a pesar de que éste no estaba seguro por el reciente recuerdo de la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente para el actor aceptó la propuesta y puede decirse que comenzó a entrar en nuestras vidas desde el año 1946. Qué bello es vivir, única película producida, financiada, dirigida y escrita por Frank Capra, a pesar de que muchos críticos le hayan dedicado elogios, tuvo 5 nominaciones a los Óscar en ese mismo año y no logró ninguna estatuilla. Sí se hizo con el premio al Mejor Director en los Globos de Oro. ¿Recuerdas cómo comenzaba?
Un año después, sería la pelirroja Mauren O’Hara quien protagonizara una cinta que sí se llevó buena parte de la gloria de Hollywood. Hablamos de Miracle on 34th Street (Milagro en la calle 34 en Latinoamérica, De ilusión también se vive en España). La película ganó tres premios Óscar, en las categorías de Mejor Argumento, Actor de Reparto y Mejor Guión Adaptado. Aunque con final feliz, tuvimos que pasar el mal trago de ver al bueno de Santa Claus respondiendo ante los tribunales. ¡Vaya faena para la pequeñaja Susan! ¿Adivináis quién? Natalie Wood con tan solo 9 años.. Más tarde, en 1994, sería Mara Wilson, la protagonista de Matilda, quien se pusiera en este papel. Os dejo con un curioso tráiler en el que no se muestran escenas de la película…
Llegamos a una pieza declarada de interés nacional que incluso tiene saga. La original, La Gran Familia llegaba a nuestras pantallas en el año 1962, dirigida por Fernando Palacios. Después llegarían algunas más como La familia y uno más (1965), dirigida también por Fernando Palacios, y La familia, bien, gracias (1979) y La gran familia… 30 años después (1999), ambas dirigida por Pedro Masó. En plena época franquista y con mensaje propagandístico-moralista…, lo que no podremos olvidar es al entrañable abuelo protagonizado por Pepe Isbert y por supuesto, las dosis de humor que introducía el personaje del padrino de los 15 churumbeles, José Luis Vázquez. Se dice que al igual que las dos anteriores, es un clásico que ha sabido envejecer, muy apropiado cuando hablamos de cine familiar.
¡Chenchooo!, hemos perdido a Chenchooo, a mí se me parte el alma con este “abu” como diría uno de estos pequeños.
Otra película que no alcanzó grandes recaudaciones en taquilla, sólo el doble de los 15 millones que costó su producción, pero que sin embargo, ha llegado a convertirse en obra de culto es La princesa prometida, de Rob Reiner. Muy asidua de nuestras sobremesas navideñas. Allá por el año 1987, veíamos a una joven Robin Wright que dulcemente iba aceptando el cortejo de su jefe de caballerizas, Westley. “Como usted desee, princesa Buttercup”. Quién nos diría que Íñigo Montoya, nos cautivaría, o al menos a una servidora, con su personaje en Homeland bastantes años después. El espadachín español nos dejaba con frases míticas como: “”Hello, my name is Inigo Montoya. You killed my father. Prepare to die!” (“Hola; mi nombre es Íñigo Montoya. Tu mataste a mi padre. Prepárate a morir.” Nominada al Oscar por Mejor canción original, no me queda otra que compartirla.
Por cronología, cerramos este post con una película de los 90, cita a ciegas en el Empire Square, padre afligido por la muerte de su esposa e hijo que decide echarle un cable… ¿Qué tenemos? A la pareja entrañable de Meg Ryan y Tom Hanks en Algo para recordar. Bien podría ser la típica película propia de San Valentín ya que es un canto al amor romántico, dando vueltas en torno a la idea de que éste llega acompañado de señales inconfundibles que, por supuesto, Annie (Meg Ryan) no ha sentido con su novio Walter (Bill Pullman). Sin embargo, la incluyo aquí puesto que transcurre en época navideña gracias al arrojo del joven Jonah, convencido de que su padre necesita una mujer que le devuelva la alegría de vivir, el día de Navidad llama a un programa de radio para contar su historia. La escuchan miles de mujeres… Lo que ocurre después, ya lo sabes, se alinean los astros, te palpita el corazón, te armas de valentía y…