Asisto con sorpresa pero también con curiosidad a la viralidad de una noticia que más que por su carácter informativo, ha logrado hacerse eco por un gesto, el de una periodista egipcia que retaba a su interlocutor, un clérigo musulmán, rehusando usar el velo públicamente mientras lo entrevistaba.

“Riham Said se desprendió de la prenda tras consultar al imán sobre acusaciones contra religiosos musulmanes por acoso sexual”, de esta forma recogían la información numerosos medios de comunicación a nivel mundial que han inundado la red durante todo un día. Y no sólo eso, el simbólico gesto saltaba también a los soportes offline de otros países no árabes como el nuestro, ocupando espacio en informativos de prime time.

Por no hablar de Twitter donde el vídeo en cuestión, gozaba de numerosos tuits, retuits, favoritos… incluyendo hashtag del tipo #feminismoenred o #contralasinjusticias.

Como mujer alabo el acto de rebeldía de esta chica y lo que ello supone para todo el colectivo femenino. Como profesional, y siendo consciente del contexto en el que los periodistas y medios se mueven, sorprende y es de aplaudir el ejercicio de libertad de expresión llevado a cabo por Riham. Como curiosacomunicadora y analista de todo aquello que tenga que ver con un acto de comunicación, me quedo, una vez más con que todocomunica, no sólo el lenguaje, sino los gestos, las emociones… ¡Llegando incluso a convertirse en noticia!

Conectando con esto y trasladándolo a mi trabajo diario con las empresas, es interesante cuidar los detalles por ejemplo cuando trabajamos con aquellas personas que son portavoces de una organización. No sólo es necesario trabajar con ellos en el mensaje que van a lanzar, sino también, poner especial cuidado en cómo lo van a transmitir con su cuerpo. Y con esto, no estoy descubriendo nada nuevo, y sino que se lo digan a los asesores de la clase política…

Siguiendo con esto, pongo otro ejemplo más y aquí entra en el juego el protocolo. En una rueda de prensa, la distribución de la mesa de presidencia nos va a indicar quién es el anfitrión, persona de mayor rango o autoridad… Lo que ocurrirá si observamos también el turno de intervenciones. Un mal o ineficaz protocolo puede dar lugar noticias, informaciones, rumorologías para nada satisfactorias para la organización.

Me quedo con esto, gestos que comunican incluso más que una excelente y bien cuidada palabra. Atendamos a esto.